si uno pudiera alcanzar aqella ventana y alzar los ojos al fulminante resplandor qe brota desde fuera. se desilucionaría. tan sólo se oyen obsenidades. tabúes mal escritos.
La ciudad es para mí una incógnita, las calles nunca vistas, y el mal sin remedio. Espero, pues, inclinado sobre el puente, que se me pase la verdad, y yo me restablezca, nulo y ficticio, inteligente y natural. (F. P.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario