
"La trama novelesca le invita a una evasión efímera, seduciéndole para una identificación fantástica en un ámbito más interesante que la realidad cotidiana. y de ahí emana el íntimo riesgo: ilusionarse hasta confundir el mundo de su espejo mágico con el de la realidad (...)."
[ C. García Gual, L. Alberto de Cuenca; prólogo a Lanzarote del Lago o El Caballero de la Carreta de Chrétien de Troyes.] -p. XII, para el interesado-
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