día a día, la luz
se pierde a un animal maravilloso
que se sienta en la ventana
para ver pasar las soledades
íntimas que saludan o se asustan
porque imaginan las fauces oscuras
del cordero atado.
¿cuál es la forma de su esperanza,
la forma de su anhelo?
el cuerpo se sienta,
deseante;
los ojos miran,
con perdón.
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