lunes, 10 de diciembre de 2012

Hablar siempre en voz baja es algo que, poco a poco, disuelve las palabras y reduce las conversaciones a un intercambio de gestos y miradas. El miedo, como la voz queda, desdibuja los sonidos porque el lado oscuro de las cosas sólo puede expresarse en silencio.

Alberto Méndez, Los girasoles ciegos.

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